Necesitas:

Agua (preferiblemente agua de manantial o agua de lluvia)

Sal (preferiblemente sal marina)

Cualquiera de los siguientes: romero, salvia, lavanda, menta, pino, tomillo, clavo, mejorana, clavel, pimienta de Jamaica, laurel, canela, hinojo, roble, rosa, violeta, sauce, nuez moscada, gardenia, albahaca, cedro, manzanilla, perejil . Pueden ser secos o frescos, enteros o triturados. También puedes usar aceites.

Un tazón pequeño a mediano

Un cáliz u otro recipiente para el agua.

Disuelva la sal en el agua y purifique su casa rociando un poco de agua salada en cada esquina de cada habitación, moviéndose en sentido antihorario. Mientras purifica su casa, cante las siguientes palabras:

¡Agua curativa, sal del mar,

desterrar la negatividad!

Deseche la pesadumbre y los enfermos, que

así sea, como es mi voluntad.

Luego, combine las hierbas y especias en el tazón. Mezclarlos y espolvorear un poco de agua salada dentro y alrededor del tazón. Recitar:

Tráenos felicidad y paz

Deja que toda negatividad cese

Permitir que el contenido de este cuenco

Cure nuestro hogar y nos haga completos

Visualice el recipiente y su contenido brillando con energía protectora y pacífica. Permita que esta energía cubra la habitación y toda la casa. Mantenga el tazón en algún lugar de las áreas comunes de su casa, como un tazón de popurrí. Siempre que quieras sacar algo de paz o felicidad de este hechizo, simplemente coloca tu mano dentro o alrededor del tazón. Es posible que desee recargar el cuenco de vez en cuando, simplemente repitiendo el canto y la visualización. También puede repetir todo el ritual de vez en cuando si lo desea.

Hechizo para desterrar el miedo

Necesario:

Piedras (simples)

Haz un círculo y medita para concentrarte y centrarte. Luego dirige tu mente hacia tus miedos. Piensa en cuál es exactamente tu miedo, de qué miedos más pequeños está hecho. Luego, tome cada piedra una a la vez y vierta un miedo en cada piedra; por ejemplo, llene una con miedo a la vergüenza, otra con miedo a los errores, etc. Lleve las piedras a algún lugar afuera donde pueda tirarlas. Asegúrate de que sea un lugar por el que no puedas caminar. Lanza cada uno tan fuerte como puedas, lo más lejos posible de ti. Mientras los arrojas, di: Te rechazo y te tiro. Te destierro, no puedes quedarte.

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